Enrolada en la delegación cubana al XVII Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, en diciembre del 2010, tuve la oportunidad-orgullo-privilegio de permanecer durante 15 días aproximadamente en Sudáfrica.
El evento estuvo dedicado a las figuras de dos hombres de talla mundial, a Nelson Mandela y a Fidel Castro. Recuerdo que cuando lo supe, por su puesto que antes de irnos, tuve dos grandes aspiraciones: una que Fidel nos despidiera en La Habana antes de partir hacia Pretoria y la segunda, poder ver a Mandela una vez llegada a tierras africanas.